viernes, 27 de agosto de 2010

Sesión del 27 de agosto

Sócrates (Musée du Louvre. Wikipedia)
En esta sesión revisamos los primeros dos libros de la República. Una de las preguntas iniciales fue sobre el tipo de bien que sería la medicina. Yo afirmé sin mayor reflexión que la medicina era, en cuanto ciencia práctica, un bien del segundo tipo, en el que Sócrates incluye la justicia: que se busca por sí mismo, pero también por los beneficios que trae. Sin embargo, alguien (cuyo nombre me apena no recordar) precisó: al inicio del II de la República Glaucón dice textualmente lo contrario, que la medicina es uno de los bienes del tercer tipo (que se busca sólo por los beneficios). Después de una breve indagación, he hallado algunos matices en el asunto.
En el Perseus Project aparece la palabra ἰάτρευσις sólo en la República y en un par de textos más de Aristóteles (1 vez en la Metafísica, 1 vez en la Ética Eudemia, aunque tal vez también esté en la Física). El término más común sería ἰατρεία, que el diccionario Liddel-Scott traduce como "[the art of] healing". El vocablo ἰατρεύεσθαι equivaldría al "tratamiento" médico. Esto es, podemos suponer que Glaucón clasifica (y Sócrates consiente en ello) estas dos actividades como del tercer tipo de bienes (aquellos que se buscan sólo como un medio para obtener otra cosa) no por referencia al "saber" (teórico) del médico sino únicamente a su praxis. En suma, que la "medicina" sería aquí un instrumento cuando la consideramos desde la perspectiva de su función: sanar. Nada dice, en cambio, de la "medicina" como "ciencia", en cuyo caso, arriesgo a sostener como lo hice durante la lección, se trataría de un bien del segundo tipo por su carácter "teórico-práctico": el componente práctico deriva de la necesidad de tratar "individuos", mientras que el teórico es consecuencia de los postulados y conceptos universales que son objeto de la especulación.
A continuación analizamos los argumentos y contraargumentos del diálogo, con un especial énfasis en la situación dramática: regreso de una peregrinación, y en la casa de un rico y viejo ateniense (Céfalo).
Por último, dedicamos algunos minutos a comparar las impresiones que han generado entre los estudiantes los dos tipos de discurso filosófico que hemos visto.

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